Los episodios que causan estrés emocional pueden desencadenar un dolor de cabeza migrañoso. Este es uno de los factores que precipitan la migraña más comúnmente. Se piensa que las personas que sufren migraña son muy sensibles emocionalmente, que reaccionan rápida y fácilmente ante el estrés. En momentos de estrés emocional, se liberan algunos agentes químicos que provocan los cambios vasculares que a su vez conducen a la dolor de cabeza migrañosa. Los ataques se hacen más frecuentes en períodos de mayor estrés. Entre los factores relacionados con el estrés se cuentan la ansiedad, la preocupación, el shock, la depresión, la excitación y la fatiga mental. Las emociones reprimidas también pueden precipitar dolor de cabeza migrañosas y la tensión muscular frecuentemente provocada por situaciones de estrés puede incrementar la severidad del dolor de cabeza. Después de un período de estrés suele haber un período de tranquilidad que puede desencadenar un dolor de cabeza migrañosa. Las arterias se contraen por el estrés prolongado y cuando el individuo finalmente se relaja, se dilatan los vasos sanguíneos causando el dolor de cabeza.
Esta puede ser una de las razones que dan lugar a los dolores de cabeza de fin de semana. Los ataques que ocurren durante un período de relajación, después del estrés, pueden aliviarse modificando los períodos de estrés y manteniéndose más ocupado durante los momentos de ocio. El estrés es un factor importante en el dolor de cabeza por contracción muscular o tipo tensión. Existen dos tipos de dolor de cabeza tipo tensión (por contracción muscular): episódicos o crónicos. Los dolores de cabeza episódicos pueden estar relacionados con casos específicos de mayor preocupación y el estrés generalmente se alivia con analgésicos de venta sin receta. El estrés crónico y repetido causa dolores de cabeza de tipo tensión diarios o casi diarios. El dolor de cabeza es generalizado (distribución tipo “sombrero”, o sea, cubre la cabeza entera), y frecuentemente está acompañado por trastornos del sueño. Limitar el estrés, la sicoterapia, la biorretroalimentación, las modificaciones de conducta, el uso de medicación antidepresiva y el control médico colaboran en el alivio de esta enfermedad.